"Toxicómano", "drogadicto", "drogodependiente", "fármacodependiente", y otros menos "ortodoxos", como "drogómano" … son términos con los que muy habitualmente nos referimos a las personas que están sumergidas en la problemática del uso compulsivo de sustancias que generan dependencia (UCSGD); y los programas y acciones que se realizan para intervenir esta problemática, en la mayoría de los casos se denominan "terapéuticos". Esto evidencia dos cosas: en primer lugar, que el problema del uso compulsivo de sustancias psicoactivas (SPA) es visto y abordado, principalmente, desde una perspectiva "sanitaria" o, en el mejor de los casos, "sociosanitaria", como lo demuestra el hecho de que el concepto de farmacodependencia de más generalizada aceptación, es el de la Organización Mundial de la Salud (OMS); y, en segundo término, derivado de lo anterior, se evidencia que la persona usadora (¿o usuaria?) compulsiva de SPA es considerado como un "enfermo", y que, por tanto, las estructuras o instituciones más idóneas para su tratamiento son las sociosanitarias, o, por lo menos, deben estar inscritas dentro de los sistemas de salud pública y privada, que es a lo se que ha ido tendiendo poco a poco en Colombia.
Que la OMS defina así la farmacodependencia, está bien, porque desde su ámbito de competencias, le corresponde establecer definiciones que puedan ser operacionables desde el campo de la acción investigativa e interventiva de la salud; y porque, al fin de cuentas, el problema del UCSGD le interesa a ella sólo en cuanto es un problema de salud. Pero que entidades, instituciones, programas y profesionales que se desenvuelven desde el campo sociológico y pedagógico, entre otros posibles, asuman llana y absolutamente tal definición, es otra cosa.
Como Pedagogo Reeducador, propongo que, primero que todo, se debe considerar el problema del UCSGD desde una perspectiva más global y sistémica: debe ser considerado, en primera instancia, una problemática humana compleja, que tiene que ver con los factores que inciden en el consumo de sustancias que generan dependencia, con su etiología, su proceso o curso de evolución, sus manifestaciones, sus variedades y sus consecuencias, los factores y problemas conexos… que hunde sus raíces, e incide, de modo sinérgico en múltiples aspectos de la triple dimensionalidad del ser humano: en la dimensión social [1], en la biológica [2], y en la psíquica [3]; la cual, debe ser intervenida desde un abordaje complejo, es decir, sistémico u holista [4], con capacidad de superar el mero trabajo interdisciplinario, trascendiéndolo hacia un trabajo transdisciplinario; y yendo más allá del trabajo interinsititucional y del trabajo de redes, para conformar un verdadero sistema complejo de atención al UCSGD.
[1] Incluyendo acá lo familiar, lo económico, lo político, lo jurídico, lo cultural, lo educativo, entre otros.
[2] Que incluye todo lo que afecta el funcionamiento, la integridad y la subsistencia bio-fisiológica de las personas.
[3] Donde se incluye todos los factores que inciden sobre la vida "interna" de las personas que: 1) no tengan base biológica; 2) estén asociados a factores biológicos, pero que no se deriven de ellos; 3) deriven de factores biológicos, pero que no sean estos el rasgo predominante u originario de la problemática.
[4] Quienes, desde su perspectiva teórica establecen una diferencia entre los términos "sistémico" y "holista", acá pueden leer "… sistémico y holista".
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