PARA REFLEXIONAR:

"Lo peor de la guerra no es que nos quite la vida, sino que nos quita la humanidad"

"¿Cómo podremos acabar con la guerra y la violencia si no valoramos, respetamos y cuidamos la vida humana desde su mismo comienzo?"

miércoles, 30 de marzo de 2011

ESTRATEGIA PEDAGÓGICA Y PENSAMIENTO COMPLEJO



Por: Carlos Augusto Arias Vidales

Trabajo presentado como requisito para el curso virtual del SENA “Estrategias Pedagógicas para el Desarrollo del Pensamiento”, Unidad 2: Estrategia Pedagógica y Pensamiento Complejo. Medellín, 30 de Marzo de 2011.



Definir la inteligencia es una tarea casi imposible de abordar, ya que este término se refiere a una amplia gama de realidades que, a la vez, presentan rasgos distintivos muy marcados, así como una trama harto compleja de vínculos, interacciones e interdependencias inherentes. Como la finalidad de este trabajo no es la de hacer un análisis del concepto de “Inteligencia”, sino que se quiere asumir éste como concepto axial del trabajo de síntesis de las temáticas propuestas para la segunda unidad del curso virtual del SENA “Estrategias Pedagógicas para el Desarrollo del Pensamiento”, se evitará la polémica en torno a este tema y se pasará directamente a definir la inteligencia, a modo de hipótesis de trabajo, como el sistema de interacciones cognitivo-emocionales que se establecen al interior del sujeto personal, y entre éste y su entorno (natural y social), a través de las cuales se conoce y se comprende a sí mismo, conoce y comprende dicho entorno, y genera respuestas comportamentales pertinentes, eficientes, eficaces, efectivas, constructivas y creativas ante las circunstancias, las necesidades, y los problemas que se le presentan en dicho sistema de interacciones.

En orden a esta definición de inteligencia, la denominada “Teoría de las Inteligencias Múltiples” resulta ser un aporte muy significativo para su comprensión. La teoría de las inteligencias múltiples fue propuesta por Howard Gardner (Multiple Intelligences, 1983); en ella la inteligencia «no es vista como algo unitario, que agrupa diferentes capacidades específicas con distinto nivel de generalidad, sino como un conjunto de inteligencias múltiples, distintas e independientes»[1], y es definida como la «capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas»[2]. Howard, en colaboración con su equipo de la Universidad de Harvard, identifica ocho tipos de inteligencia, las cuales están presentes en todos los seres humanos, aunque cada una desarrollada en mayor o menor grado en los distintos individuos. El siguiente esquema representa algunos elementos esenciales de este modelo:

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Otro aporte contemporáneo, de gran importancia para la comprensión de la inteligencia, lo hizo Daniel Goleman con su concepto de Inteligencia Emocional (Emotional Intelligence, 1995), la cual es definida como «la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos»[3]. Ya en el modelo propuesto por Gardner vemos una disidencia, por así decirlo, con respecto al concepto tradicional de inteligencia; mientras que éste se ocupa casi que exclusivamente de la dinámica cognitiva, de modo que lo emocional aparece sólo como un factor vicario, cuando no indeseado, o, en todo caso, deseablemente supeditable a la cognición; Gardner, por su parte, y superando esta visión sesgada de la inteligencia, incluye dentro de su clasificación de las inteligencias la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal.

Con su teoría, Goleman nos recuerda algo que ya Freud había puesto de manifiesto con base en sus investigaciones científicas: que los actos del ser humano no son todo razón, y que no todos los actos humanos son racionales, sino que, por el contrario, muchos de los comportamientos humanos están dominados, clara o subyacentemente, por impulsos instintivos o emocionales. El asunto, en lo tocante al desarrollo de la inteligencia, es que la persona ha de ir aprendiendo, a partir del proceso de formación y educación, a tener dominio sobre sus instintos y sus emociones, a fin de adquirir un carácter fuerte y una personalidad equilibrada.

Para alcanzar esa meta, es importante que la persona aprenda a: 1) , tomar consciencia de las emociones que están incidiendo en su comportamiento; 2) , evaluar si esta incidencia está teniendo un impacto positivo o negativo en los ámbitos personal y social; 3) , aprovechar, canalizar y manejar adecuadamente estás emociones a fin de tener un mejor dominio de sí (formación del carácter); y 4) , aunado a lo anterior, reconocer emociones en los demás, a fin de lograr un mejor desempeño en la vida social. De este modo, se obtendrá un desarrollo armónico de la inteligencia emocional.

Esto está a tono con los programas que se manejan en New Haven para el desarrollo armónico de la personalidad, que consisten en cinco puntos esenciales:

1) Autoconocimiento emocional

2) Manejo de las emociones

3) Aprovechamiento productivo de las emociones

4) Empatía: interpretación de las emociones (de los demás)

5) Manejo de las relaciones interpersonales

En lo expuesto hasta ahora, se ve claro que la inteligencia es un fenómeno complejo. Si a este hecho le sumamos el de que la realidad misma es compleja, se deducirá de ello que la forma de abordar el conocimiento, la comprensión y la intervención del entorno por parte del ser humano, ha de ser igualmente compleja. Es acá donde encaja la teoría del “Pensamiento Complejo”, propuesta por Edgar Morín. De acuerdo con los planteamientos de este autor, puesto que la realidad es compleja, el conocimiento entonces, debe ser un proceso «a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico»[4], no sólo cognitivo. Así pues, pensar complejamente o, mejor dicho, pensar desde la complejidad, significa comprender y explicar la realidad simultáneamente desde todas las perspectivas posibles y por medio de las más diversas áreas del conocimiento (entendimiento transdiciplinar).

Teniendo claro pues, qué es inteligencia, que ésta es un sistema complejo, y la necesidad de promover el desarrollo de la inteligencia en su complejidad, pasemos ahora a la forma conseguir ese desarrollo. Ya se ha mencionado, al menos tangencialmente, que el factor fundamental para el desarrollo de la personalidad y la inteligencia de la persona es la educación, entendida ésta como el proceso por el cual se ayuda «al sujeto a desarrollar, al máximo de sus posibilidades y de forma integral e integrada, sus facultades humanas (emocionales, intelectuales y biofísicas; personales y sociales), de forma que llegue a ser una persona realizada en el plano subjetivo, y funcional, productiva y constructiva en el plano colectivo»[5]. Para ello, el agente educativo dispone una serie de experiencias que buscan dinamizar la inteligencia de la persona a fin de producir en ella un cambio cognitivo, emocional y comportamental positivo[6] en relación con unas metas educativas culturalmente establecidas e, idealmente, acordes tanto con la dignidad de la persona como con los intereses de la comunidad a la cual pertenece el sujeto objeto de la educación. El conjunto de este proceso y de su resultado es lo que denominamos “Aprendizaje”.

A lo largo de la historia se han propuesto diversos modelos que buscan conseguir que el aprendizaje se dé de la forma más eficaz y eficiente posible. Un modelo pedagógico es una «representación de las relaciones que predominan en el acto de enseñar, lo cual afina la concepción de hombre y de sociedad a partir de sus diferentes dimensiones (psicológicos, sociológicos y antropológicos) que ayudan a direccionar y dar respuestas a: ¿para que? el ¿cuando? y el ¿con que?»[7]. Uno de los más recientes, es el denominado “Aprendizaje Significativo”, el cual se debe al aporte del psicólogo y pedagogo David Ausubel, el psicólogo cognitivo Raúl Pedraza y José Eduardo Espinoza (1968). Según este modelo «para aprender un concepto, tiene que haber inicialmente una cantidad básica de información acerca de él, que actúa como material de fondo para la nueva información»[8]. Esta teoría expone las siguientes ideas básicas:

1) Los conocimientos previos han de estar relacionados con aquellos que se quieren adquirir de manera que funcionen como base o punto de apoyo para la adquisición de conocimientos nuevos.

2) Es necesario desarrollar un amplio conocimiento metacognitivo para integrar y organizar los nuevos conocimientos.

3) Es necesario que la nueva información se incorpore a la estructura mental y pase a formar parte de la memoria comprensiva.

4) Aprendizaje significativo y aprendizaje mecanicista no son dos tipos opuestos de aprendizaje, sino que se complementan durante el proceso de enseñanza. Pueden ocurrir simultáneamente en la misma tarea de aprendizaje. Por ejemplo, la memorización de las tablas de multiplicar es necesaria y formaría parte del aprendizaje mecanicista, sin embargo su uso en la resolución de problemas correspondería al aprendizaje significativo.

5) Requiere una participación activa del discente donde la atención se centra en el cómo se adquieren los aprendizajes.

6) Se pretende potenciar que el discente construya su propio aprendizaje, llevándolo hacia la autonomía a través de un proceso de andamiaje. La intención última de este aprendizaje es conseguir que el discente adquiera la competencia de aprender a aprender.

7) El aprendizaje significativo puede producirse mediante la exposición de los contenidos por parte del docente o por descubrimiento del discente.[9]

Ahora bien, un modelo concreta su acción educativa, entre otras cosas, por medio de las estrategias pedagógicas. Se entiende por estrategias pedagógicas «aquellas acciones que realiza el maestro con el propósito de facilitar la formación y el aprendizaje»[10] de los educandos. En sí, una estrategia no se refiere al componente práctico del acto educativo (aunque sí lo contiene), sino al elemento formal; es decir, las estrategias no son las actividades en sí, sino la planeación de dichas actividades de modo que se alcancen determinadas metas y determinados objetivos. Al momento de organizar una estrategia pedagógica, se deben tener en cuenta varios factores. Los representaremos en el siguiente esquema:

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De entre estos elementos, haremos una breve reflexión sobre las técnicas, para luego centrarnos en una de ellas. Una técnica es «un procedimiento o conjunto de reglas, normas o protocolos, que tienen como objetivo obtener un resultado determinado, ya sea en el campo de la ciencia, de la tecnología, del arte, del deporte, de la educación o en cualquier otra actividad»[11]. En sí, podemos decir que las técnicas son el elemento práctico y directo a través del cual el docente realiza el acto de educar, de facilitar el aprendizaje en el estudiante. Por ello, es necesario que el docente conozca y aplique una gran diversidad de técnicas educativas.

En particular, resaltaremos acá la técnica del “Aprendizaje por Analogías”. Una analogía es una «comparación o relación entre varias razones o conceptos; comparar o relacionar dos o más objetos o experiencias, apreciando y señalando características generales y particulares, generando razonamientos y conductas basándose en la existencia de las semejanzas entre unos y otros»[12]. El uso de analogías se basa en el principio según el cual “Si dos situaciones son similares en algún aspecto entonces pueden serlo en otro”. Veamos el esquema general del razonamiento por analogía:

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Fuente: http://www.uhu.es/470004009/docs/tema5_bn.pdf;

consultado: 30.03.2011; 07:00 a.m.

En el campo educativo, la analogía es un instrumento útil para «intentar que el proceso de adquisición de nuevos conocimientos se vaya desarrollando sobre la base de aquello que ya se ha aprendido»[13]. De acuerdo con lo planteado por Escobar, las analogías se pueden usar en educación para:

1) Reconstruir la experiencia de los sujetos a partir de un conjunto de impacto de instrucciones.

2) Expresar algunas experiencias que son difíciles de descubrir en términos puramente lingüísticos sin tener que recurrir una descripción literal.

3) Comunicar experiencias o conceptos a partir de modelos más cercanos a nuestra experiencia perceptiva, cognitiva o emocional.

Así mismo, siguiendo la exposición que hace Escobar con base en distintos autores, el uso de las analogías como instrumento educativo, está justificado porque:

1) Sirve para que la información sea mas recuperable, incrementando el recuerdo que tenemos sobre los conceptos, ya que permite una recuperación más completa de la información relacional.

2) Anima al estudiante a inducir un esquema abstracto que le permita inferir las relaciones fundamentales, estructurales comunes a los dominios.

3) Es un mecanismo para el cambio conceptual, más concretamente, para remediar errores conceptuales en el sistema representacional de los sujetos.

4) Los estudiantes pueden construir límites entre la semejanza de las situaciones, haciendo que la transferencia entre estas situaciones sea mas selectiva, ya que mediante la analogía explicativa se establecen las semejanzas entre ambos dominios pero también estableciendo sus diferencias.

Por otra parte, retomando el tema del “Pensamiento Complejo”, pero ahora considerado en cuanto estrategia pedagógica, éste resulta sumamente útil en el proceso de desarrollo de la inteligencia en cuanto que:

1) Remite a la persona a su contexto y su complejidad.

2) Promueve la “inteligencia general”, la cual capacita a la persona para referirse multidimensionalmente a lo complejo, al contexto en su globalidad.

3) Busca la comprensión de elementos particulares, operando y organizando la movilización de los conocimientos en conjunto.

4) Asume la comprensión de los enunciados como un proceso no modular de interpretación que moviliza la inteligencia general y apela ampliamente al conocimiento del mundo.

5) Favorece la aptitud natural de la mente para hacer y resolver preguntas esenciales.

6) Lleva a la persona a tomar conocimiento y consciencia de su identidad compleja y de su identidad común a todos los seres humanos.

7) Coadyuva al despertar de la consciencia y a la adquisición de conocimiento válido y pertinente, promoviendo la superación de sus errores (mentales, intelectuales, de la razón) y de la ceguera paradigmática.

Para finalizar, como meta, todo modelo, toda estrategia y toda técnica educativa, debe buscar la transferencia del aprendizaje, entendida en un doble sentido:

1) Por una parte, lo aprendido ha de convertirse en la base para futuros aprendizajes; este es el fundamento del “Aprender a aprender”, puesto que cada nuevo aprendizaje abre las puertas a nuevos significados, a nuevos conceptos, a nuevos sentimientos, a nuevas relaciones.

2) Por otra parte, lo aprendido ha de poderse aplicar a la realidad fáctica, ha de convertirse en medio e instrumento para la intervención (transformación y mejoramiento) de sí mismo y del entorno natural y social de la persona.

De modo pues, que la inteligencia (al menos la humana, en el caso de que queramos reconocer también la existencia de una inteligencia animal) es una realidad compleja y dinámica que se mueve en una doble vía: del mundo interno al mundo externo, en una relación dialógica sistémica, en la que la realidad que se le aparece a los sentidos de la persona motiva en su interior un interés por conocer el mundo que le rodea, y pone en movimiento los recursos emocionales y cognitivos para conocerlo y comprenderlo; y una vez logrado esto, sufre una transformación interna, que lo mueve, a su vez, a actuar en su entorno a fin de transformarlo y hacerlo cada vez mejor. Promover y facilitar toda esta dinámica de la inteligencia humana, es la gran tarea de la educación.



NOTAS

[1] Teoría de las Inteligencias Múltiples. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_las_inteligencias_m%C3%BAltiples; consultado 29.03.2011; 10:58 a.m.

[2] Ibíd.

[3] Inteligencia emocional. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_emocional; consultado 29.02.2011; 05:09 p.m.

[4] Edgar Morín. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Edgar_Morin; consultado: 30.03.2011; 08:55 a.m.

[5] ARIAS VIDALES, Carlos Augusto. La Educación Hoy. Medellín, 20 de marzo de 2011. En: http://carlosav10arias.blogspot.com/; consultado: 29.03.2011; 10:42 p.m.

[6] Aclaremos que acá el término “positivos” no tiene un carácter valorativo ni calificativo (es decir, no se refiere a algo “bueno”), sino meramente descriptivo: tal cambio es “positivo” en cuanto que apunta en la dirección esperada y establecida por las mencionadas metas socioculturales.

[7] TORRES, Ginger María. Modelos Pedagógicos. En: http://gingermariatorres.wordpress.com/modelos-pedagogicos/; consultado: 30.03.2011; 10:56 a.m.

[8] Aprendizaje significativo. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Aprendizaje_significativo; consultado: 29.03.2011; 11:46 p.m.

[9] Ibíd.

[10] Estrategias Pedagógicas. En: http://docencia.udea.edu.co/educacion/lectura_escritura/estrategias.html; consultado: 30.03.2011; 11:15 a.m.

[11] Técnica. En: http://es.wikipedia.org/wiki/T%C3%A9cnica; consultado: 30.03.2011; 12:32 p.m.

[12] Analogía. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Analog%C3%ADa; consultado 30.03.2011; 07:00 a.m.

[13] ESCOBAR, Edison. Aprendizaje por Analogía. En: http://comunidadvirtual.ucn.edu.co/index.php?option=com_content&view=article&id=18:aprendizaje-analogia&catid=7:tecnicas-de-estudio&Itemid=91; consultado: 30.03.2011; 07:09 a.m.

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