Copyright © 2011, Carlos Augusto Arias Vidales
Trabajo presentado como requisito académico en la asignatura “Historia de la Filosofía Contemporánea” del curso “Tercero de Filosofía” del Seminario de Cristo Sacerdote, de Yarumal (Ant.) – 2008
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Como se podrá deducir de la subsiguiente exposición, «La filosofía de Husserl pertenece a la tradición inaugurada por Descartes, que entiende al hombre primordialmente como conciencia, como sujeto capaz de conocer» [1]; y su principal aporte al pensamiento contemporáneo es el referente a la denominada “Fenomenología Trascendental”.
El concepto de fenomenología había sido utilizado por otros autores antes que Husserl. Etimológicamente, viene del griego fainÕmenon (fenómenon), “lo que aparece”; y logo$ (logos), “tratado”, “discurso”; y se refiere a la descripción de lo que aparece a la consciencia, esto es, del fenómeno. Ya en 1764, en su obra Nuevo Organon, J.H. Lambert definía la fenomenología como la “doctrina de la apariencia” y como “doctrina del verdadero conocimiento sensible”. Por su parte para Kant, fenómeno y fenomenología remiten a la realidad en cuanto sensible, conocida y cognoscible, de forma que, el fenómeno, está constituido por el sujeto cognoscente y por la cosa a conocer. Sin embargo, ésta, como cosa en sí, como noúmeno, queda fuera de las posibilidades del conocimiento, ya que «Aun cuando el “fenómeno” no sea una apariencia engañosa, tampoco coincide con la auténtica realidad en sí, que no es accesible al sujeto que percibe y que conoce» [2]; de forma que el conocimiento, para Kant, es íntegramente fenomenológico. Por su parte, Hegel entiende por fenomenología el camino que recorre la consciencia hasta llegar al saber absoluto o ciencia, aplicándolo a la “ciencia de la experiencia de la conciencia”.
Sin embargo, cuando en la actualidad se habla de “Fenomenología”, se hace referencia más propiamente a la teoría filosófica de Husserl, tal y como la presenta en su Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica publicado en 1913 [3]. Husserl la denomina Fenomenología Trascendental, la cual entiende como el método que permite describir las cosas viviéndolas como fenómenos de consciencia (nÕema: nóema), y la concibe como «una tarea de clarificación para poder llegar “a las cosas mismas” partiendo de la propia subjetividad, en cuanto las cosas se experimentan primariamente como hechos de consciencia, cuya característica fundamental es la intencionalidad. No se trata de una descripción empírica o meramente psicológica, sino trascendental, esto es, constitutiva del conocimiento -de sentido- de lo experimentado, porque se funda en los rasgos esenciales de lo que aparece a la consciencia» [4], o, dicho de forma más sencilla, es «el estudio de las estructuras de la conciencia que capacitan al conocimiento para referirse a los objetos fuera de sí misma» [5].
El método fenomenológico es un proceso bastante complejo que consta, principalmente de los siguientes pasos:
1) La epojé fenomenológica: Husserl insiste permanentemente en la necesidad de someter a una vigilancia rigurosa todo aquello que pueda enturbiar la posibilidad que tenemos de captar lo que se muestra tal como se muestra: «nuestras opiniones y creencias, nuestros supuestos, […] todas las doctrinas tradicionales, las enseñanzas recibidas» [6], nuestra «creencia en la realidad del mundo, cuestionamiento de si lo percibido es real, supuestos teóricos que lo justifican, afirmaciones de las ciencias de la naturaleza, etc.» [7]; por ello hay que “poner entre paréntesis” lo que Husserl denomina actitud natural [8]. El resultado de esta epojé es el residuo fenomenológico, es decir, las vivencias o fenómenos de conciencia, que presentan dos aspectos fundamentales: el nÕema (nóema), o contenido de consciencia, y la nÕhsij (nóesis), o acto que expresa este contenido.
2) La epojé eidética: se pone entre paréntesis todo aquello que no es fenómeno y, de éste, todo lo que no constituye su esencia, su sentido, su forma, su idea. Como consecuencia de ello, la realidad fenoménica pierde todas las características individuales y concretas de manera que quede como resultado solamente el elemento necesario, «aquello sin lo cual la experiencia perdería su identidad» y revela una esencia constante e invariable, de la cual «cabe tener un conocimiento seguro y que sirve de guía y de base a todo saber posterior acerca de las cosas que dependen de tal esencia» [9], guardándonos así de la posibilidad de confundir lo secundario con lo verdaderamente esencial.
3) La epojé transcendental: la conciencia natural no es crítica, ya que, al estar nosotros vueltos hacia el mundo, entregados a los objetos que hacen parte de éste, y ocupados por el mismo, contamos con él sin plantearnos problemas sobre su carácter o la función que desempeña en el proceso de la experiencia. Sin embargo, como consecuencia de la epojé eidética, se hace posible la apertura de la consciencia a un mundo en razón de la vida trascendental del yo, es decir, del conjunto de vivencias o fenómenos originarios, que son datos absolutos a toda posición de trascendencia que llevan a la aprehensión del origen último de todo posible sentido y validez de ser. Así, «Todos los conceptos, incluyendo los que Kant llamaba conceptos puros, han de encontrar su sentido originario en una subjetividad trascendental, de la que parte toda concepción, tanto del mundo como de uno mismo» [10].
4) La Construcción intersubjetiva del sentido del mundo: dado que el mundo está ya presente en la consciencia, a través de los nóemas, el conocimiento de estos nos lleva a la reconstrucción del mundo que antes se había puesto entre paréntesis, lo cual ocurre por tres pasos sucesivos: la constitución del mundo material (“la cosa”), del mundo animal (“el cuerpo”) y del mundo espiritual (“el espíritu”). De esta forma se constituye un mundo circundante subjetivo; pero lo anterior supone, a su vez, la constitución de los otros “yoes” que se refieren con idéntico sentido que el mío a las cosas, de modo que, puesto que los diversos mundos circundantes subjetivos entran en contacto, se conforma un mundo objetivo [11].
De esta forma, pues, Husserl propone su Fenomenología Trascendental como una “ciencia de las esencias”, a partir de la cual deben ser encontrados y esclarecidos todos los conceptos fundantes de los diversos ámbitos científicos; es decir, Husserl postula su Fenomenología como una ciencia universal:
La fenomenología tiene que llegar por sí misma a los sistemas de conceptos que determinan el sentido fundamental de todos los ámbitos científicos. Estos son los conceptos que predelinean todas las demarcaciones formales de las idea-forma de un posible universo del ser en general y, por tanto, también la de un posible mundo en general. De acuerdo con esto, ellos tienen que ser los auténticos conceptos fundamentales de todas las ciencias. […] Así, pues, las investigaciones relativas a la constitución trascendental de un mundo, que hemos esbozado someramente más arriba, no son nada más que el comienzo de una aclaración radical del sentido y del origen (o bien, el sentido a partir del origen) de los conceptos «mundo», «naturaleza», «espacio», tiempo», «esencia animal», «psique», «cuerpo orgánico», «comunidad social», «cultura», etc. Es claro que la efectiva realización de las investigaciones indicadas tendría que conducir a todos los conceptos que, sin ser elucidados, cumplen las funciones de conceptos fundamentales de las ciencias positivas, pero que en la fenomenología surgen con una claridad y distinción universales, que ya no dan lugar a ninguna cuestión concebible. [12]
Ahora bien, la Fenomenología Trascendental de Husserl se puede caracterizar con las siguientes notas:
1) Es un método por el cual, a partir de una crítica positiva de los fundamentos y los métodos, Husserl pretende hacer de la filosofía una ciencia estricta.
2) Es una ciencia descriptiva, teorética y no interesada, que describe las esencias, lo dado antes de todo pensar teorético, esto es, lo manifiesto en cuanto fenómeno.
3) Es la ciencia de los fenómenos, es la ciencia de las cosas mismas, de las cosas presentadas en lo que son realmente, en sus rasgos esenciales. De modo pues que la fenomenología quiere dar su sentido preciso y esencial a las cosas, en cuanto que estas se muestran de manera que son reveladas por la consciencia pura, la única que puede llevar a cabo la relación del sentido esencial de las cosas.
4) Es la ciencia fundamental y la filosofía primera, lo primero por cuanto busca dar los fundamentos al quehacer científico y a la racionalidad de la historia y de la humanidad; esta fundamentación consiste en:
[… ] una justificación [racional] de las pretensiones de validez del saber en general; en legitimar las formas especiales en que el saber se escinde y las relaciones entre estas formas; en buscar una explicación de la posibilidad del conocimiento verdadero, en alcanzar claridad plena sobre las condiciones con que debe cumplir el saber para satisfacer las exigencias de la verdad. [13]
Y es filosofía primera, por cuanto busca ofrecer los principios puros desde los cuales se realiza dicha fundamentación. De ese modo, se ocupa de definir las condiciones de validez del conocimiento [14].
Ahora bien, buscaba esta fundamentación porque, en su opinión, la filosofía y la ciencia se hallaban en una crisis de sus fundamentos debido al “culto” a los hechos, lo fáctico, lo empírico y lo relativo impulsado por el positivismo, el naturalismo, el historicismo y el psicologismo [15].
Además, hay que tener en cuenta que Husserl distinguía entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu (humanas), rechazando la pretensión de que ambas tuvieran el mismo método, puesto que las ciencias naturales están regidas por la causalidad mientras que las ciencias del espíritu lo están por la motivación o intencionalidad. Por ello, su interés estaba centrado en la construcción de una ciencia fundamental de las ciencias humanas [16].
5) Es una autorreflexión de la humanidad, en cuanto que la filosofía tiene una función de humanización del hombre, entonces el filósofo es un funcionario de la humanidad que ayuda a que ésta desarrolle y alcance la razón con la cual el hombre se descubre responsable de su propio ser. Por ello, el filósofo se rebela contra el mundo técnico, que promueve el naturalismo y el objetivismo, que causan la enajenación de la razón y llevan a la cultura racional al fracaso.
FUENTES
CORDUA, Carla. La Fenomenología De Husserl; en: http://espanol.geocities.com/gruposer_cl/fenomenologia.htm.
La fenomenología de Husserl; en: http://www.educajob.com/xmoned/temarios_elaborados/filosofia/La%20fenomenolog%EDa%20de%20Husserl.htm.
Otras fuentes:
CANALS VIDAL, F. Textos de los grandes filósofos : edad contemporánea. Herder: Barcelona, 1974. Pp. 288.
DIEZ DE LA CORTINA MONTEMAYOR, Elena. Semblanza Filosófica de Edmund Husserl; en: http://www.cibernous.com/autores/husserl/teoria/husserl.html.
Edmund Husserl, 13 de febrero de 2008; en: http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1840.
Edmund Husserl; en: http://es.wikipedia.org/wiki/Edmund_Husserl.
Edmund Husserl; en: Microsoft ® Encarta ® 2008. © 1993--2007 Microsoft Corporation.
Fenomenología; en: http://es.wikipedia.org/wiki/Fenomenolog%C3%ADa.
FERNANDEZ, Sergio. Fenomenología de Husserl: Aprender a ver; en: http://www.fyl.uva.es/~wfilosof/gargola/1997/sergio.htm.
Husserl, Edmund; en: Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996-99. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona.Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
La fenomenología, el intuicionismo, el pragmatismo y el existencialismo como referentes de la tendencia cualitativa de la investigación en las ciencias sociales y educativas; en: http://www.monografias.com/trabajos15/ciencias-sociales/ciencias-sociales.shtml.
MARÍAS, Julián. Husserl; en: http://www.mercaba.org/Filosofia/husserl.htm.
NOTAS
[1] CORDUA, Carla. La Fenomenología De Husserl; en: http://espanol.geocities.com/gruposer_cl/fenomenologia.htm.
[2] “La fenomenología de Husserl”; en: http://www.educajob.com/xmoned/temarios_elaborados/filosofia/La%20fenomenolog%EDa%20de%20Husserl.htm.
[3] ver: CANALS VIDAL, F. Textos de los grandes filósofos : edad contemporánea. Herder: Barcelona, 1974; antología de textos filosóficos en la cual el compilador reproduce la versión castellana publicada por Fondo de Cultura Económica, México, en 1949.
[4] “La fenomenología de Husserl”, ibíd.
[5] La Fenomenología, el intuicionismo, el pragmatismo y el existencialismo como referentes de la tendencia cualitativa de la investigación en las ciencias sociales y educativas; en: http://www.monografias.com/trabajos15/ciencias-sociales/ciencias-sociales.shtml.
[6] CORDUA, Carla, ibíd.
[7] La fenomenología de Husserl”, ibíd.
[8] «[…] aquella en que nos encontramos cuando ejercemos espontáneamente nuestra capacidad de tomar conciencia de lo que hay a nuestro alrededor, de recordar, de juzgar, de opinar, etc. Lo característico de esta actitud consiste en que nos entregamos a los objetos, que estamos vueltos hacia el mundo del cual estos objetos forman parte y ocupados por él». CORDUA, Carla, ibíd.
[9] CORDUA, Carla, ibíd.
[10] FERNANDEZ, Sergio. Fenomenología de Husserl: Aprender a ver; en: http://www.fyl.uva.es/~wfilosof/gargola/1997/sergio.htm.
[11] Husserl, Edmund; en: Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996-99. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona.Autores: Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu.
[12] “La fenomenología de Husserl”, ibíd, citando a Husserl, Meditaciones cartesianas, V § 64.
[13] CORDUA, Carla, ibíd.
[14] Ibíd.
[15] DIEZ DE LA CORTINA MONTEMAYOR, Elena. Semblanza Filosófica de Edmund Husserl; en: http://www.cibernous.com/autores/husserl/teoria/husserl.html.
[16] La fenomenología, el intuicionismo, el pragmatismo y el existencialismo como referentes de la tendencia cualitativa de la investigación en las ciencias sociales y educativas; en: http://www.monografias.com/trabajos15/ciencias-sociales/ciencias-sociales.shtml.
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