En la edición web de El Colombiano (13 de abril de 2013), en el artículo "Peso del embarazo adolescente", se le achaca a éste, por enésima vez, parte de culpa como generador de pobreza en nuestro país, cuando, más bien, tanto los embarazos precoces como la pobreza tienen como raíces la inequidad en el acceso a los servicios educativos y a un sustento económico acorde con las necesidades básicas de las familias y las personas:
I.
La inequidad en el acceso a los servicios educativos: No se trata solamente de que los y las adolescentes terminen el ciclo de educación básica, sino de que se gradúen habiendo recibido una educación de calidad. Y, aunque es un lugar común en nuestro país echarle la culpa a los educadores por la "mala" calidad de la educación, el problema de base está en la legislación y en la economía.
- En la legislación, porque desde que, con la ley 115 de 1994, se empezaron a implementar ciertas "reformas" (obviamente, también se introdujeron reformas bastante encomiables), la prestación del servicio educativo ha venido de más a menos: se gradúan más estudiantes, porque más niños y más jóvenes tienen acceso a las instituciones escolares, pero se gradúan más mal preparados de lo que lo hacían antes de las susodichas reformas. Por poner un par de ejemplos: desde que se implementaron las famosas "recuperaciones", los jóvenes fueron perdiendo compromiso con el estudio... no es extraño oír a muchos decir: "para qué me mato estudiando para ese examen (-o, "haciendo ese taller")... eso, después lo recupero". Y ni qué decir del famoso 5%: por ley, las instituciones están obligadas a garantizar que el 95% de sus estudiantes sean promovidos al grado inmediatamente superior; en consecuencia, sólamente pueden "perder el año" (y, por tanto, repetirlo) el 5% de los estudiantes; ¿En qué se ha traducido esto?, pues, como la mayoría de los jóvenes ya no se esmeran por estudiar, y los padres están preocupados ante todo de que sus hijos "ganen" el año ("un año escolar es muy caro", dice la gran mayoría), las instituciones educativas se ven obligadas a promover a jóvenes que llevan perdidas más de la mitad de las asignaturas... simplemente porque en su grupo o en su grado había otros que habían perdido más asignaturas o que tenían un promedio general más bajo. Lo triste, es que los padres de familia parecen estar conformes con esta situación, y no hacen el más mínimo reclamo para que los legisladores la cambien.
- En la economía, porque, seamos honestos, en nuestro país tenemos dos "educaciones": una educación para "ricos", para que aquellos que están destinados a jalonar la vida política y económica del país, lo sigan haciendo con todas las garantías y ventajas posibles; y una educación para "pobres": con pocos recursos, docentes mal pagados (esto se constata al comparar la escala salarial del escalafón docente con la de otros empleos de carrera pública), salones superpoblados (mientras que en la educación pública podemos encontrar salones con más de cincuenta estudiantes, en muchos colegios privados de alta calificación, se considera que es demasiado tener a más de 10 estudiantes en un grupo), falta de acceso a recursos tecnológicos... y podríamos seguir haciendo una lista bastante larga; en conclusión, tenemos una educación para que los ricos sigan conservando su puesto privilegiado, y otra para que los pobres sigan siendo pobres: pobres del "bolsillo", pues con una educación de baja calidad, o no pueden acceder a "buenos empleos", o acceden, pero no logran conservarlos; pobres intelectualmente, pues, con un bajo desarrollo de las capacidades cognitivas, se vuelven más "criticones" que "críticos"... y, con una escasa adquisición de conocimientos, no tienen criterios de juicio para evaluar la realidad personal, familiar, local, nacional e internacional, lo que los hace más manipulables; pobres de espíritu... que se alegran porque tienen con qué salir a "farriar" el fin de semana, porque ganó su equipo favorito de fútbol, porque el "rialiti" está muy bueno y las telenovelas son muy "vacanas y muestran la realidad" (¿cuál versión de la realidad?), y no se empeñan en luchar por mejorar las condiciones económicas, sociales, culturales, políticas, etc., tanto personales, como sociales y nacionales.
Además tengamos en cuenta una cosa: educación no es solamente la que se imparte en instituciones educativas y colegios, o la que se brinda en el hogar. Es fácil echarle la culpa de los embarazos precoces a las dos anteriores, pero no olvidemos que, de acuerdo a lo que ya se dijo, la educación escolar está condicionada (y en muchos factores determinada) por la "legislación educativa": los legisladores también educan con las leyes que promulgan; recordemos también que los hogares de hoy en día son muy distintos a los de antaño: antes (30 ó 40 años atrás) los "papás" iban a trabajar y las "mamás" permanecían en casa, atendiendo tanto a los oficios demésticos como a la crianza de los hijos; pero el "tren de vida" actual ha impuesto que tanto padres como madres se vean en la necesidad de trabajar fuera del hogar para obtener un sustento económico mínimamente digno... por no mensionar el creciente número de madres solteras, viudas o separadas... es decir, madres cabeza de hogar; esto trae como consecuencia que los niños y los jóvenes pasen la mayor parte de su tiempo bajo otros influjos (distintos a los parentales), de los caules los más poderosos son el grupo de pares y los medios de comunicación social.
Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿Cuáles son los valores circulantes y dominantes en nuestro medio social y, de un modo muy particular, por los medios de comunicación social? ¿Nos parece muy extraño que las jovencitas, e incluso las niñas, sientan una fuerte inclinación por actividades sexuales en una sociedad altamente erotizada? ¿Es extraño que nuestras noveles generaciones propendan tan pronunciadamente por los placeres sensuales en una sociedad inmersa en el hedonismo materialista? ¿Es raro que los jóvenes quieran hacer su voluntad, pasando por encima de lo que sea, en una sociedad que ha hecho de la "libertad" y la "autonomía" valores absolutos, incluso por encima de la dignidad humana personal y/o ajena? En particular, preocupa el tipo de valores que los medios de comunicación promueven. Los MCS son, búsquenlo o no, educadores: educan para el bien y la libertad (la verdadera libertad) o educan para el mal y la enajenación. Y es lastimoso ver como los canales televisivos de Colombia (me refiero a los nacionales "privados", porque los canales regionales y los religiosos hacen una encomiable labor educativa y verdaderamente culturizadora) sirven a intereses ideológicos y económicos que, con pretexto de la libertad de expresión y difusión, y enmascarados de interés social y de defensa de los "derechos" (¿cuáles? ¿De quienes?) están pervirtiendo a nuestra sociedad (no sólo a los jóvenes, pues los adultos tampoco escapan a su influjo y adoctrinamiento).
II.
La inequidad en el acceso a un sustento económico acorde con las necesidades básicas de las familias y las personas: Buena parte de este asunto ya se trató, concomitantemente, en el aparte anterior: es que educación y economía se relacionan sinérgicamente. Sin una educación de calidad, difícilmente se podrá tener la preparación intelectual y actitudinal para desempeñarse en el mundo de la economía; si no hay una economía próspera, o si la hay pero no se invierte lo suficiente en educación, el sistema educativo no contará con las características y los recursos suficientes y adecuados para ofrecer una educación de calidad. Pero eso, hablando en un plano muy general.
Enfocándonos en un plano más específico, ya había mencionado antes el hecho de que, en la actualidad, ambos padres (allí donde los hay) se ven obligados a trabajar, y que, como si fuera poco, el fenómeno de las "madres cabeza de hogar" ha ido aumentando... la consecuencia más relevante de esto, es la "ausencia" de las figuras parentales durante la mayor parte del día. En las últimas décadas se ha hecho un inconmensurable esfuerzo por convencer a los padres de familia, mediante "argumentos psicológicos", de que no importa la "cantidad" sino la "calidad" del tiempo que se pasa con los hijos. Lo que no nos han dicho, es que los estudios que avalan dichos argumentos han sido hechos desde los medios empresariales, motivados por el bajo rendimiento en el trabajo de los padres, que no se pueden concentrar en sus labores por la preocupación de que sus hijos están "solos" (es decir, sin la compañía y el cuidado de sus padres)... tales "resultados" lo que buscan, en realidad, es tranquilizar la conciencia de los padres, para que se concentren mejor en su trabajo. Y, aún cuando no deja de ser cierto que es más importante la "calidad" que la "cantidad", entre más tiempo pasen los padres con sus hijos, es mejor. No se trata sólo de la frecuentemente recomendada "supervisión" de los padres sobre los hijos (que muy a menudo termina convertida en una vigilancia "policiva"), sino de algo poco valorado y que es mucho más importante: el "estar ahí". Estar ahí, oportunamente, siempre a disposición, para orientar (ojalá sin regañar ni cantaletear) frente a los riesgos y las oportunidades de la vida; para ofrecer el hombro a las lágrimas que se deslizan sin contención; para prestar oído a las palabras, incluso aquellas que, a veces, son aparentemente tontas; para ofrecer una mano cariñosa en los momentos de vacilación; en fin, para brindar una presencia que, en sí misma, da seguridad, compañía y calor de hogar...
Pero los niños y los jóvenes de hoy en día, ya no tienen eso... y por ello se ven enfrentados solos a los influjos de sus "amigos" y de los MCS. Pero, lo más grave de esa "soledad", es que se ven en la necesidad de llenar ese "espacio vacío" con otras compañías, con otras presencias y/o con otros amores; y en la sociedad actual, donde no sólo el "amor" significa "sexo", sino que también la misma "amistad" ha llegado a significar "sexo" (recordemos eso de "amigos con privilegios"), nuestros jóvenes y nustras jóvenes, desde muy temprano en su vida comienzan a tener relaciones sexuales (ya son preocupantes los casos en aumento de muchachitas de once años en estado de embarazo); igualmente, no deja de ser significativo y cuestionante la tendencia, también cada vez mayor, de jovencitos y jovencitas que buscan la compañía y el trato "sexual" con personas mucho mayores que ellos... ¿No es acaso esto un claro indicio de que buscan reemplazar la figura "paternal" o "maternal" ausente (o de poca presencia) en sus vidas?
Pero la culpa de esa "ausencia", insisto, no es de los padres, que cuánto quisieran poder disponer de todo su tiempo para sus hijos... la culpa es de un sistema económico que los obliga a dejar sólos sus hogares... sus hijos.
Podría, y quisiera, decir muchas cosas más, pero ya se ha alargado demasiado este comentario. La conclusión es la misma premisa de la que partí: los embarazos precoces no son el problema, sino que son una consecuencia más de las problemáticas educativa y económica de nuestro país. Me puse en la tarea de escribir este comentario luego de haber leído el citado artículo de El Colombiano, porque, cuando se presenta como un "problema" los embarazos de las adolescentes, se hace con una intención ideológica: sustentar la necesidad de promover los mal llamados "derechos sexuales y reproductivos de la mujer", entre ellos la contracepción y el aborto, para lo cual se suele recurrir a argumentaciones sesgadas que, sin ser necesariamente falsas, tampoco son toda la verdad. Espero haberles ofrecido algunos elementos de juicio al respecto.
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